Ahora hablaremos de la resiliencia, nuestra capacidad para superar las situaciones adversas y el fracaso. Gestionar el fracaso y las dificultades de manera constructiva, requiere que seamos capaces de ver la realidad de manera objetiva y práctica. Analizar de manera detallada la situación para identificar en dónde estuvo el error, y el proceso que nos llevo a cometer ese error, nos permite aprender y cambiar.

Es importante ser objetivos y referirnos a un hecho concreto. Evitar el drama y las generalizaciones «Soy un desastre, todo me sale mal». Mas bien identificar mi responsabilidad concreta y pensar ¿cómo lo puedo hacer mejor?. Dejar de lado el hubiera por «la próxima ves».

Las dificultades y los retos son escalones en nuestro crecimiento como personas. Nos permiten superarnos. La adversidad puede hacernos más fuertes, más capaces si nos permitimos aprender de las dificultades. Así que ¡a practicar la resiliencia! ¡e impulsarnos aun más alto!

Gaby Farías