El secreto para mantener nuestros archivos organizados está en función de ordenarlos de acuerdo a la frecuencia en la que los utilizamos y colocarlos en el lugar más cercano.

Podemos clasificarlos en

  • Archivos de acción, archivos que contienen asuntos con lo que estamos trabajando.
  • Archivos de soporte, archivos de referencia frecuente.
  • Archivo Muerto, archivos que debemos conservar.
  • Archivo Personal, archivos que contienen asuntos personales.

Al igual que hacemos con los archivos de papel, es importante asignar carpetas para los archivos que mantenemos en nuestra computadora, así como nombres claros. De manera que sea más fácil la localización de la información cuando esta se requiera.