En la dimensión de realización, se encuentra nuestra economía. El término finanzas personales ha tomado gran importancia en la actualidad, pues implica tomar decisiones de inversión, financiamiento y ahorro para el retiro. Es sumamente importante conocer el costo real de las tarjetas de crédito bancarias y las tarjeta de crédito departamentales, ser capaces de comprender la tabla de amortización de un crédito hipotecario o un crédito automotriz antes de firmar un contrato.

Sin embargo, economía doméstica se refiere a una actitud en el hogar y en el día a día para ser responsables con el uso de nuestros recursos y gestionarlos de manera óptima. Podemos decir que las decisiones cotidianas o del día a día son el ámbito de la economía doméstica, y las decisiones de mediano y largo plazo son el ámbito de las finanzas personales.

La economía doméstica implica cuidar los bienes del hogar. No desperdiciar alimentos, comprar las cosas necesarias, darles una segunda o tercera oportunidad a la ropa, zapatos, accesorios, electrodomésticas al buscar reparar o reciclar. Vender o donar aquello que puede ser útil a alguien más. Es tener un presupuesto, planear las compras en familia, por ejemplo » este mes vamos de compras de ropa, y el próximo mes zapatos», planear las vacaciones, ahorrar y tener un «guardadito».

Siempre he admirado a las personas que sin importar su nivel de ingreso, tienen una vida con balance y armonía, cumplen sus compromisos, disfrutan de paseos y viajes , son generosos y dispuestos a ayudar a quién lo necesita. Vivir con una actitud de economía doméstica, nos ayuda a tener orden en nuestras finanzas personales, y contribuye a nuestra tranquilidad, la cuál ¡no tiene precio!

Gaby Farías

Gabee VO