He terminado la lectura del libro » Cuatro mil semanas, gestión de tiempo para mortales», de Oliver Burkeman un periodista británico. Oliver confiesa, que fue un adicto a la productividad, a la eficiencia, a los métodos, prácticas, aplicaciones etc. para controlar el tiempo. Sin embargo, a través de su libro y haciendo referencia a la filosofía, la psicología y la gestión, nos presenta una realidad, somos seres finitos y cuando mucho, tendremos cuatro mil semanas de vida.

Lo anterior nos lleva a la necesidad de aceptar nuestros límites y de estar atentos a la «trampa de la eficiencia», que nos lleva a hacer cada vez más actividades, y estar siempre ocupados, a instrumentalizar el tiempo al servicio de un beneficio futuro. Cuando sabemos que al futuro no le podemos dar órdenes. Nos esforzamos demasiado en aprovechar el tiempo que no disfrutamos la vida.

No podemos hacerlo todo, pese a que la tecnología y las redes sociales nos bombardean con imágenes y promesas de ser «super mujeres» o «super hombres», siempre en control. Es importante reconocer nuestra libertad para centrarnos en pocas cosas que valen la pena. A enfocar lo realmente valioso en nuestras vidas. A ser capaces de disfrutar el momento, de descansar por descansar, de darnos el lujo de no hacer nada por un momento, de tener un hobbie por el gusto de hacerlo,sin sentir remordimiento por no estar siendo «productivos».

Estamos a tres semanas del inicio de la primavera, es un buen momento para prepararnos, darnos tiempo de reflexionar, enfocar lo importante y tomar decisiones para eliminar lo que esta de más, en nuestras responsabilidades, en nuestro hogar, en nuestros grupos sociales, en nuestros armarios. Empieza poco a poco a identificar aquello que quieres conservar en tu persona, en tus relaciones, en tu realización y en tu espirtualidad.

No es posible gestionar, controlar el tiempo. Pero si puedes decidir sobre tu vida y cómo quieres vivirla. No «pierdas» más tiempo, no «pierdas» tu vida.

Con cariño

Gaby Farías