Y seguimos con las competencias de autogestión. Hemos compartido sobre la confianza, la resiliencia y ahora es el turno del cuidado de uno mismo.

Cuidar de uno mismo, significar procurar nuestro bienestar en las dimensiones física, mental y espiritual, para ser capaces de responder de manera positiva ante los desafíos de la vida. Ser capaces de regular nuestra energía, para evitar reaccionar de manera impulsiva, agresiva, o con ansiedad. Regular nuestras emociones para que conviertan en un impulso positivo para nuestras acciones y no en un obstáculo.

Incorpora a tu vida buenas prácticas, alimentarse de forma saludable, dormir de siete a ocho horas, hacer ejercicio, dedicar un momento del día a meditar y a orar, y proponernos aprender cada día algo nuevo. Además, consultar al médico y pedir ayuda cuando necesitamos aclarar nuestra mente y nuestras emociones. Cuidar de uno mismo, para ser capaces de cuidar a los demás.

Somos mente, cuerpo y espíritu. Si procuramos nuestro bien «ser» , nuestro bien «estar», será más fácil lograr nuestro bien «hacer». Seamos la mejor versión de nosotros mismos, seamos dueños de nuestro ser. Comportarnos de forma tal, que podamos lograr lo que nos hemos propuesto en armonía con uno mismo y con los demás.

Gaby Farías