En nuestro camino hacia la primavera, se hace necesario hacer un alto en el camino y reflexionar acerca de si nuestra vida es aquello que soñamos o imaginamos. Pensar si estamos atendiendo a los anhelos de nuestro corazón.

Es probable que en el trajín de la vida cotidiana y «enredado» en las redes sociales, ya no recuerdes tus sueños o anhelos. Es probable también que tu vida hoy no sea como la habías imaginado. Y sientas una cierta inquietud y trates de «racionalizar» pensando que hay que ser responsables, que las cosas no siempre son como uno quiere, que hay que conformarse.

Yo me he sentido así. Y puedo decirte que el costo de «conformarse» es tu propia alegría, tu salud, tu vida. La Biblia nos dice «corazón contento mejora la salud, más el espíritu abatido seca los huesos» (Proverbios 17:22). Entonces hoy quiero invitarte a retomar la idea de la vida de tus sueños. A soñar en cómo te gustaría que fuera tu vida, cómo sería un día en la vida de tus sueños, que te gustaría hacer. A reflexionar y a meditar, cómo puedes dar respuesta a ese anhelo, ir más allá de la superficie y descubrir ese llamado que te hace feliz. Dando cuenta de aquello que quieres, será más fácil decir «no» a aquello que no quieres. De hoy hacia la primavera pensemos que hay que dejar ir en nuestra vida para dar espacio a lo que si queremos.

No tienes que responder ahora mismo. Date tiempo para sembrar pensamientos felices en tu mente. Poco a poco se irán abriendo paso los anhelos de tu corazón. Escribe en tu agenda o en un diario las ideas que se vayan presentando. Realiza cada día al menos un acción que exprese la vida de tus sueños. Y así, un día a la vez irás avanzando hacia su realización.

Un abrazo,

Gaby Farías