Escuche por primera vez el concepto «una vida esforzada» en una explicación de @AlvaroGonzálezAlorda. Sin embargo, hasta este fin de semana me quedo claro el concepto.

Después de unos días de vacaciones, regrese a la rutina del hogar y al trabajo. Me sentía ansiosa, preocupada, se me dificultaba concentrarme. Pensaba, ¡que bien sería no tener responsabilidades!, no tener que enfrentar retos, resolver problemas. Pasarla de paseo, de descanso, sin nada que hacer. Mi mente divagaba en redes sociales, viendo la vida de influencers, ricos, famosos, que aparentemente tienen todo con muy poco esfuerzo. Aparentemente.

En ese ánimo estaba, cuando el domingo una reflexión en el misal capto mi atención, «la vida cristiana no es fácil, no estamos llamados a la comodidad, sino a servir a Dios en esta vida y gozar con El en la vida eterna» Y luego acudió a mi mente una frase de Jesús, «el que no tome su Cruz de cada día y me siga….» Entonces comprendí lo que significa una vida esforzada.

Ante el pensamiento «magico» de que solo basta «manifestarlo» para que «el Universo conspire a tu favor», comprendí que claro que es bueno soñar y desear todo lo bueno en nuestras vidas, pero es mejor reconocer que también debemos trabajar, y que nuestra fé, acompañada de esfuerzo y dedicación son la contraparte de todas las cosas buenas que tenemos y que deseamos en nuestra vida.

No estamos llamados a la comodidad, estamos llamados a una vida esforzada, hacia el cumplimiento de un ideal. Un ideal aun más grande que nosotros. Manifiesta que las bendiciones te encuentren trabajando por ellas.

A seguir en el camino.

Gaby Farías